De spam y reconocedores de humanos

¡Hola amigos!

Desde hace unos días estoy recibiendo comentarios spam . Por eso, he instalado un sistema de seguridad WP-Gatekeeper. Lo podéis ver en el formulario de envío de comentarios, es un campo con una pregunta a la que hay que contestar para que se haga el envío.

Este tipo de filtros son conocidos como Reconocedores de humanos, y su función principal es distinguir si la persona que está haciendo la solicitud es una persona o un robot. Los hay de muchos tipos, desde preguntas sencillas, pasando por las imágenes con texto deformado, hasta llegar a opciones más imaginativas como diferenciar entre imágenes de gatos y de perros.

Mi amigo Nethox me hacía una reflexión sobre este tema. A las personas les importa poco la seguridad en sus ordenadores, ya que creen que no tienen nada de interés. Sin embargo, los recursos de su ordenador son suficientemente valiosos. Una persona que tenga acceso a tu ordenador, puede delinquir (hacer ataques informáticos) de manera anónima y sin dejar rastro. Por eso me comentaba que lo más seguro es que los comentarios que he recibido hayan sido robots desde ordenadores ajenos a este ataque.

Crónica de una noche en el cajero (II)

Llamamos al servicio de atención al cliente, y fué la única vez en toda la noche que nos atendieron. «Espere, que el cajero se tiene que actualizar». Esperamos, y vemos por primera vez la opción de las entradas de héroes.

A la una estábamos sentados en el suelo del cajero las vecinas de kimito y yo, la madre de la niña salía a fumar. Kimito seguía pretando la pantalla del cajero y jurando en hebreo cada vez que salía la pantallita roja. «La operación ha sido cancelada por cuestiones técnicas».

Gracias a la tecnología, sabíamos qué pasaba en los demás cajeros. Así se distribuyeron algunas leyendas urbanas como que ya se había vendido alguna entrada. Que las tiendas no podían vender entradas tampoco, o que no iban a levantar el sistema hasta las ocho de la mañana. Si la huelga de móviles apagados no tuvo éxito, ya sabemos por qué fue.

Al rato, fuimos a buscar provisiones. Una de las vecinas de kimito trajo cerveza, y yo agua y galletas. Después de vernos, la gente de fuera del cajero empezó a traer mantas, café y más cosas.

Llamé a mi primo Noks para preguntarle si había conseguido comprar entradas, y me dijo que estaba esperando en leyenda, y que le quedaba mucho.

A las dos, ya sólo quedaban unas diez personas fuera del cajero. Se acercó otro vecino de la casa de Kimito que venía cada hora para ver si había cambios.

Sobre las tres, me llamó mi primo porque no había conseguido entradas y se iba a otra tienda antes de que cerrasen. Fuera del cajero ya no había nadie y mi primo venía para llevarme a casa.

A las cuatro yo ya me había tomado dos cervezas y estábamos tan entretenidos entre nosotros que pasábamos del cajero. Y fue entonces, cuando kimito metió la tarjeta, siguió todos los pasos, indicó el número de entradas, confimó, esperamos… ¡¡Y nos imprimió un justificante con la compra de las entradas!!

Ya teníamos nuestras entradas, pero estábamos tan bien que nos quedamos un rato más. Mi primo llegó con su amigo Bodi y con calimotxo. Así que mientras kimito y él se iban a otro cajero a intentar imprimir las entradas, bodi y yo nos quedamos a beber.

Poco después, el cajero le imprimió dos entradas a las vecinas de kimito.

A las cuatro y cuarto empezó a venir gente que estaba haciendo ronda entre los cajeros. Nos contaban historias de cómo en algunos cajeros habían hecho listas, de que en otros se habían encerrado a jugar a la pocha, y que en otros estaban en plena fiesta.

A las cinco, y sin haber conseguido mis entradas impresas, fui a coger el bus para ir a mi camita a dormir. No tendría mis entradas físicamente, pero me lo había pasado en grande.

Crónica de una noche en el cajero (I)

El día 1 de Marzo fuí uno de los afortunados en conseguir una entrada para el concierto de Héroes del Silencio.

Ya ha se ha dado cobertura a la saturación de la red de ibercaja, así que dejaré los comentarios de si se podría haber evitado para personas más informadas.

La anécdota de la noche no fue la entrada, sino la fiesta que se organizó en los cajeros entre intento e intento.

Yo me acerqué al cajero sobre las ocho para ver si había cola, me habían comentado que fuera de zargoza la gente estaba esperando desde las ocho de la mañana. Como no había nadie, me fui a tomar algo y a esperar a que kimito saliera de un exámen.

Después de cenar un bocadillo en casa de kimito, bajamos los dos a hacer fila. Ya eran las diez y cuarto y había una persona cerca del cajero. Era la madre de unas vecinas de kimito que llamaba a su hija para asegurarse de que ese era el cajero donde vendían las entradas. Pasamos a su lado y oímos cómo le decía a su hija «Ya se me han colao». Claro, que eso iba a importar poco unas horas más tarde.

Al poco rato vino otra madre, que iba a comprarle la entrada a su hija de quince años. Yo pensaba que íbamos a estar gente joven, cantando algún rato, pero no, la siguiente en llegar fue la hija de la vecina de kimito, embarazada. Y así, sentado a ratos en la silla plegable de kimito y entre conversaciones de mascotas, hicimos tiempo.

A las once y media acabó el partido del zaragoza, y entonces pasamos de ser cuatro a ser treinta. Para entonces nosotros ya estábamos dentro del cajero pensando que si conseguíamos las entradas ya podíamos salir corriendo, por si acaso.

A las doce menos cinco llamamos al hermano de kimito, que estaba en otro cajero, para sincronizar movimientos. Si uno conseguía sacar entradas, sacaba entradas para todos.

A las doce en punto no aparecían en la interfaz las entradas de héroes. Unos minutos después ni siquiera se podían comprar entradas de música. La gente de fuera se empieza a impacientar.

Ahí nos dimos cuenta de que la noche iba a ser MUY larga.

Los anuncios del media markt

No entiendo los anuncios de media markt. ¿Soy el único?

Básicamente todos tratan de lo mismo, un dependiente de la tienda haciéndose el listo delante de los clientes. Insultándolos, liándose con sus esposas, etc…

Dejando el tema estético a un lado, los primeros anuncios pasaban por simpáticos. Y de hecho, los anuncios pueden llegar a resultar cómicos. A nosotros nos lo puede llegar a parecer, ya que tendemos a identificarnos con los protagonistas de las historias. Como el protagonista de los anuncios siempre sale bien parado, pues nosotros contentos.

Si analizamos de una manera mínimamente crítica los anuncios podemos observar que los clientes siempre salen mal parados. Por otro lado el vendedor va de listo, y dice que no es tonto. ¿De verdad esperan que me fíe de un tío que tiene el ego tan por las nubes? Una persona con menos autoestima que una hormiga, puede llegar a sentirse intimidada, pero yo, no.

¿Por qué me cago en esto? Porque cuando veo sus anuncios por la tele, en la prensa, y en la calle, me dañan el cerebro. Media markt tiene un márketing demasiado agresivo, y esto tiene el problema de que a mí me agobia. A parte, el color de fondo es el rojo, que altera y te obliga a mirar. Si aún tuvieran un mínimo de estilo, serían soportables, pero es que el estilo de los anuncios es mínimo. Para mí, un anuncio así es un insulto a mi inteligencia, y me jode que me insulten tanto.

Así que yo no soy tonto, yo no compro en media markt.

El excepticismo

Hay un hecho curioso, y por eso lo uso para abrir la categoría de curiosidades. Es el hecho de haber pensado miles de veces en algo y luego enterarte de que no sólo es que lo hayan pensado más personas, sino que se le ha dado nombre y es una idea bastante conocida. Me imagino que esto es parte de ese proceso de salir del cascarón, que nos rebaja el ego y nos ayuda a judgar mejor otras ideas.

La penúltima vez que encontré «mis pensamientos» pasados a limpio, fue con la Democracia Participativa. Esta vez ha sido con el escepticismo, no con la corriente filosófica, sino con este artículo de Carl Sagan. En él se plantea la necesidad de un punto intermedio entre escepticismo y credulidad. El artículo ha sido aireado debido a la creciente ola de fundamentalismos religiosos en estados unidos.

Me llama la atención casi el 70% por ciento de las cosas, ya que eran ideas vagas y desdibujadas que tenía por la cabeza y no sabía cómo conectar. Pero lo más interesante son las conclusiones finales. El hecho de que el artículo siga en vigencia, nos puede dar a pensar dos cosas: Que Carl Sagan era un poco profeta, o que por desgracia el mundo no ha cambiado mucho en 20 años.

Una vez más agradezco a la madre internet la posibilidad de haber encontrado estas informaciones. Sin internet, sería todavía más cretino, más ignorante y mas egocéntrico.