Cómo me quedé sin teléfono (VII)

Este verano estuve un par de semanas sin teléfono, por culpa de una portabilidad. Partes I, II, III, IV, V, y VI

Estoy sin contrato ni compromiso de permanencia, huyo de mi distribuidor.

Compromiso de Permanencia

El plan es, vuelvo a mi operador anterior, con el terminal que ya tengo, y como si nada hubiera pasado. Eso sí, vuelvo sin compromiso de permanencia, que ya me canso de que me tengan agarrao.

Todo es tan bonito… hasta que la comercial se equivoca al hacer los papeles, y me pone permanencia de 18 meses.

– Oye perdona, habíamos quedado que si no me llevo terminal, no tenía compromiso de permanencia…

– ¡Ay!, Sí, perdona, vaya, ahora no me deja cambiarlo el sistema, lo cambiamos en el contrato, vuelve la semana que viene y lo cambiamos por teléfono en el sistema.

La semana siguiente estoy de vacaciones. Me paso cuando puedo, pero la chica está de vacaciones. «Vuelve la semana que viene». Tengo mudanzas por medio, estoy un poco liado, me paso un par de meses después. «Es que la chica ya no trabaja aquí, te digo donde trabaja y te pasas.»

Y hasta ahí aguanto. Yo hice el contrato con el distribuidor, no con una comercial. «Veremos a ver si podemos hacer algo desde aquí.»

Pues más les vale, porque en mi copia del contrato dice que no tengo compromiso de permanencia.

Cómo me quedé sin teléfono (VI)

Este verano estuve un par de semanas sin teléfono, por culpa de una portabilidad. Partes I, II, III, IV, y V

En una hoja de reclamaciones el distribuidor se compromete a darme el terminal solicitado en cuanto tenga existencias. ¿Será verdad?

Camino de vuelta

Desgraciadamente, para contratos de empresa, el procedimiento de reclamación se realiza vía burofax. Mi hoja de reclamaciones no sirve para nada :(.

El distribuidor se pone en contacto conmigo para indicarme que si no me llevo un teléfono antes de final de mes, darán de baja mi número de teléfono.

Después de varias quejas en todos los medios de atención al cliente del operador, y llamadas casi diarias al distribuidor (que ya empezaba a cansarse de mí), el distribuidor accede a cancelarme el contrato. Eso sí, manteniéndome el número sin compromiso de permanencia, para que pueda portar a otro operador.

Así que acudo a un distribuidor de mi viejo operador para realizar otra portabilidad, la segunda en un mes.

Cómo me quedé sin teléfono (V)

Este verano estuve un par de semanas sin teléfono, por culpa de una portabilidad. Partes I, II, III, y IV

Me intentaron vender un teléfono que yo no quería sin permitirme cambiarlo. Me dieron tres precios diferentes para el mismo terminal… toca reclamar.

Reclamaciones

Es el momento de ponerse en contacto con la companía de telecomunicaciones.

Puesto que el proceso de portabilidad se ha realizado a través de un distribuidor, desde el operador no «pueden» hacer nada. Saber eso, me cuesta dos horas y cinco llamadas.

En el distribuidor me prometen ponerse en contacto conmigo al día siguiente para solucionar mi problema.

Al día siguiente me quedo sin teléfono, el proceso de portabilidad ha finalizado.

Después de mucho pelearme con el servicio telefónico consigo sacarles que el distribuidor puede cambiarme el teléfono. Respuesta del distribuidor: «Entonces pierdo 500 euros»…

Resulta que el distribuidor ha cometido un fallo, y en vez de solucionarlo humildemente, me pone más problemas para que me acojone y deje de quejarme.

El distribuidor al final accede a realizar el cambio, pero no puede asegurar cuándo recibirá terminales. Los dos terminales que tenían ya los han repartido a otros clientes.

Por si acaso, me llevo escrito este acuerdo en una hoja de reclamaciones.

Cómo me quedé sin teléfono (IV)

Este verano estuve un par de semanas sin teléfono, por culpa de una portabilidad. Partes I, II, y III

Me prometieron un teléfono que yo creía que era difícil de conseguir, me cambiaron el precio el día antes de ir a recogerlo, y aún así quise seguir adelante con la portabilidad.

El gran día

Y llegó el gran día.

Acudo a la otra tienda del distribuidor a recoger mi terminal. Y… ¡Sorpresa! Allí nadie sabe que me tienen que cambiar el terminal. De hecho…

¡¡¡Mi terminal no se puede cambiar!!!

Si me hubieran avisado antes hubiera cancelado la portabilidad. Ahora no es posible técnicamente, ya que queda demasiado poco para que sea efectiva.

Más preocupante es cuando me dice la dependienta:

«Pero si el teléfono que has pedido no lo tenemos en catálogo…»

Me he quedado sin el teléfono que quería, nadie me había dicho que no lo tenían, y no me ofrecían ninguna solución.¿Podría ser peor? Sí.

En la tienda disponen de dos terminales como el que solicité, pero en otro color. Pregunto por ellos.

«Pero ese terminal no es gratis, tienes que abonar 99€.»

Tercer cambio de precio en tres días. ¿Alguien da más?

Continuará… (con final feliz)